La Laguna Porras, nombre real de esta muy conocida Bahía de los Delfines, ubicada en el Archipiélago de Bocas del Toro, es un cuerpo natural de agua salada, encerrado entre bosques de manglar, isla Cristóbal y tierra firme, y conectado, por medio de diversos canales, con la Bahía de Almirante.
A orillas de esta bahía habitan, en extremos opuestos, dos comunidades del pueblo originario Ngäbe: Bocatorito y Buena Esperanza, cuyos moradores se dedican a la pesca, a la agricultura y la ganadería de subsistencia. Algunas viviendas de otros residentes, se encuentran diseminadas por sus costas.
En la bahía existe una población de delfines nariz de botella (Tursiops truncatus), residentes en la región y amenazados por el intenso tráfico de los botes con turistas que llegan a observarlos. Hay que agregar el tránsito de otros botes que ocasionalmente se encuentran con ellos.
La población de delfines de Bocas del Toro es pequeña, genéticamente única y altamente fiel a su hábitat, una combinación que los hace muy vulnerables a las actividades humanas en el área.